Duelo y rupturas sentimentales
Lorena Castañeda. El duelo
Si estás leyendo esto, probablemente hayas experimentado algún tipo de pérdida reciente o pasada pero que, en cualquier caso, estás inmerso/a en el proceso del duelo. Lamento tu pérdida. Si necesitas ayuda para superarla puedes contactar conmigo. A continuación te explicaré algunas cuestiones acerca del duelo con las que quizás te sientas identificado/a.
¿Qué es el duelo?
El duelo es un proceso natural que tiene lugar cuando las personas experimentamos una pérdida importante. Puede referirse a un ser querido, a una propiedad, a una ruptura de pareja o amistad… Lo que determina el que la persona experimente ese duelo o no es el vínculo, el amor, según si es más o menos central en nuestra vida se dará o no.
¿Cuándo es conveniente acudir a consulta por un proceso de duelo?
Cuando el proceso de duelo se está alargando en exceso (si tras 6 meses la persona no ha de empezado a dar signos de recuperación, capacidad para cuidar de sí, retomar algunas rutinas…) En el caso de que el duelo venga motivado por el fallecimiento de un hijo (biológicamente no estamos preparados para esta circunstancia, es antinatural y es más probable que se de un duelo complicado) Si se experimenta mucha culpa, o se sospecha que está inmerso en un estado depresivo. También en el caso de tener expectativas muy negativas de futuro, pérdida de autoestima tras la ruptura amorosa …
¿En qué consiste el tratamiento psicológico del duelo?
En ayudar a la persona a avanzar en el proceso del duelo, superar la culpa y ser capaz de seguir viviendo, de una manera distinta, adaptándose a la nueva situación. Es conveniente tener en cuenta que en el proceso se pueden experimentar emociones muy diversas, desde la tristeza a la frustración y el enojo. El primer año tras una pérdida se pueden experimentar “todas las primeras veces sin…” por ej: las primeras navidades sin un hermano/a
Las rupturas sentimentales
El proceso de duelo tras la ruptura de una relación sentimental puede ser muy duro, puede dejar muchas secuelas según como haya sido ese proceso. También, en múltiples ocasiones, lo que es más necesario abordar, es la relación en sí, por haber tenido consecuencias psicológicas para la persona. Si se han dado o no las siguientes circunstancias: la ruptura fue inesperada, el abandono fue motivado también por la aparición de una tercera persona, se ha podido hablar de ello, expresar las emociones, y la persona experimenta mucha soledad …
A veces este duelo puede ser aún más doloroso que si la persona hubiese muerto porque «Se va porque quiere, se marcha para estar solo/a, para estar sin mi»
El proceso de duelo en los niños
En cuanto a la superación de las pérdidas que sufren los niños. El facilitar que el proceso de duelo siga su curso ayuda a que no se convierta en un duelo complicado. Es necesario trabajarlo en terapia para niños cuando se percibe que el duelo no está siguiendo su curso.
En el caso de los duelos en niños y adolescentes el proceso suele ser mas rápido (avanzan por las fases necesitando menos tiempo que los adultos) Es conveniente buscar ayuda si el menor presenció el fallecimiento o encontró el cadáver, no se sabe como comunicarle la noticia, no expresa sus emociones o, por el contrario, no puede controlarlas, se muestra muy irritable…
¿Cómo actuar con un ser querido que está de luto?
Muchas veces las personas no saben cómo hacer cuando tienen a alguien que está sufriendo por una pérdida. En ocasiones surgen los miedos a «meter la pata» y se prefiere no decir nada, surgen momentos incómodos… Por ello la foto siguiente ejemplifica muy bien algunas pautas básicas para que puedas guiarte por ellas.
El duelo en navidad
Convivir con una pérdida puede ser especialmente difícil en ciertas épocas del año, sin duda, la más complicada suele ser la navidad.
Es Navidad… y en casa hay una silla vacía
Consejos para ayudar a familias en duelo
Estamos en Navidad y la mayoría de las personas vive estas fechas con alegría. Supone reencuentros familiares, estar con amigos y mucha diversión, pero es distinto para las familias que han sufrido la muerte de un ser querido. Es un momento muy difícil, de nostalgia, sufrimiento e incomprensión. La esencia de la Navidad se encuentra en la vida familiar, las muestras de afecto y el disfrute de compartir tiempo con los seres queridos. Comemos los platos típicos navideños, nos hacemos regalos, y organizamos actividades para los niños. Pero para las personas inmersas en un proceso de duelo todos estos momentos despiertan tristeza, el dolor por la ausencia de ese ser querido. En estas circunstancias es natural sentirse sobrepasado/a, triste y enfadado/a. Se suele pensar: si él/ella no están, entonces ¿Qué sentido tiene la celebrar la Navidad? Sin embargo otras personas pueden esperar que actúes y te sientas de manera distinta. Te pueden pedir que estés presente, que estés bien, que hagas lo de siempre, que tires adelante… Pero te sientes roto/a por dentro, no tienes fuerza y desearías ya que estos días hubieran pasado. La verdad es que no puedes dejar de pensar en que esa persona ya no está. Te molestan las luces de las decoraciones, los villancicos, los regalos y las comidas. Mucho antes de que lleguen estas fechas ya te da miedo afrontarlas.
Formas de afrontamiento más habituales de las Fiestas Navideñas cuando se está en proceso de duelo:
- Suprimir las Navidades. Supone no organizar ni hacer nada que recuerde a estas fiestas o hacer algo distinto como un viaje a algún lugar que no traiga recuerdos de lo sucedido. De esta manera se evitan todos los rituales pero el dolor se lleva dentro. Es natural intentar no enfrentarse a esas primeras Navidades pero el resultado suele ser que se posterga al año siguiente ¿Cómo organizar la primera navidad sin él o ella.? El año siguiente a veces es peor. Otras personas no vuelven a celebrar nunca más la Navidad pues puede ser difícil dejar de evitar después de tanto tiempo.
- Hacer lo de siempre. Es un intento de seguir la vida como si nada hubiera pasado. Para poder “hacer como si nada” se esconden las emociones, no se menciona al ser querido y se intenta evitar todo lo que pueda recordar a esa persona. Como se procura fingir que todo está bien, si alguien se emociona se le anima a que reprima su emoción. En estos casos cada persona se verá sola en su proceso de duelo y puede sentirse inadecuada y aislada. Por lo general se vive en tensión para contener las emociones lo cual fomenta periodos de agotamiento, irritabilidad, y mucha ansiedad.
Propuestas para construir una nueva Navidad.
Nada volverá a ser como antes pero puedes empezar a afrontar la vida de una manera distinta.
Haz una reunión familiar antes de que lleguen las fechas. Convoca a tu familia a una reunión para hablar de la Navidad. Es importante que participen los mayores, los niños y adolescentes… Es recomendable seguir 3 normas: no interrumpirse, pueden expresar sentimientos y todos deben tener su tiempo, niños incluidos. La idea es que expresen las emociones, necesidades, inquietudes y miedos. Se trata de valorar las distintas opciones y los deseos: ¿Quieren hacer cosas como siempre? ¿Qué cosas desean? ¿Cuáles les dan miedo? El simple hecho de realizar este encuentro ya supone un gran cambio en la manera de comunicarse y evita que se instale el silencio.
Repasen los rituales habituales: el árbol de Navidad, el belén, las comidas, los regalos, ir a ver a los Reyes, la fiesta de fin de año… Cada miembro de la familia ha de expresar como se siente al respecto. Es probable que algún miembro de la familia diga que no quiere hacer nada. Los niños y adolescentes es más probable que quieran celebrar a pesar de lo sucedido. Se trata de escuchar y llegar a acuerdos sobre lo que pueden o no hacer y compartir. Es bueno informar a la familia extensa, así saben lo que ustedes necesitan y saben como pueden ayudar.
Buscad una manera simbólica de recordarlo/a. Creen una manera, o un espacio o un tiempo específico para rememorar. Sean creativos: los niños les pueden dar muchas ideas. Si marcan los momentos de recordar de forma clara, eso ayudará a que el resto del tiempo pueda vivirse con menos dolor. Un momento adecuado puede ser antes de empezar la comida, o antes de abrir los regalos, o en algún momento delante del belén. Consistiría un momento de pararse, recordar cuanto nos gustaría que él o ella estuviera con nosotros y celebrar y honrar su vida y su muerte. Por ejemplo: Cogerse de las manos, cerrar los ojos y sentir que ese ser querido forma parte de la comida, que les acompaña, aunque de otra manera. Brindar por su vida y por lo que les aportó. Pueden compartir lo que le hacía tan especial. Y si alguien se emociona, simplemente darle la mano o ofrecerle un hombro en el que llorar y no permitir ni que se aísle, ni que pare el llanto o la emoción que le embarga. Es bueno tener en cuenta que las lágrimas contienen hormonas del estrés y son la forma que tiene nuestro cuerpo de relajar la tensión y mejorar la capacidad de procesar las pérdidas de una manera más sana y con menos consecuencias para la salud.
Hablen de las cosas que van a hacer con los niños. Es necesario tener en cuenta a los pequeños en todos los rituales de recuerdo. No es la mejor opción pasar las fiestas como si nada hubiera sucedido, que esa persona no ha existido nunca o está de viaje. Los niños afrontan los duelos mirando a los ojos del adulto que le acompaña… Si ve miedo, entonces sentirá miedo. Pero si tiene la suerte de estar rodeado de adultos que sienten su dolor y lo expresan sin miedo, entonces reaccionará de la misma manera, y estará más preparado para enfrentarse a estas situaciones en su vida. Lo que intranquiliza a los niños no es el miedo a la muerte, sino el miedo a hablar de ella.. Así cuando sean mayores y pregunten sobre estas primeras Navidades sin papá o mamá, o el hermanito, o el abuelo, les podrán explicar las cosas que hicieron con ellos, y como participaron en los rituales. A los niños les suele gustar preparar dibujos y emotivos escritos que después pueden leer, colgar en el árbol, o depositar en un rincón especial del belén.
Celebrar la Navidad puede tener un nuevo significado. Aún con tanto dolor hay personas y cosas que siguen siendo importantes para ustedes. La Navidad puede pasar a ser un momento para recordar a todos los que quieren y ya no están presentes y para cuidar de las personas que quieren y siguen aquí. Porque algún día ellos también pueden faltar y puede ser reconfortante tener momentos de tristeza y felicidad compartida.