Lorena Castañeda
En ocasiones, pedir ayuda es lo más inteligente. Ya estás en el camino
Psicóloga Sanitaria con amplia formación y experiencia.
Orientación congnitivo-conductual.
Adultos, parejas, niños y adolescentes.
Colegiada T-2757
Se trabaja modificando los pensamientos que la persona tiene que Le impiden actuar de una manera más ajustada y positiva.
Técnica de indudable valor y con una base científica muy amplia. Hay muchos mitos al respecto que es necesario desmontar.
No son lo mismo, la práctica del mindfulness puede tener como efecto la relajación pero no es su principal objetivo.
Muchas veces se va dejando para más tarde el buscar ayuda porque no resulta fácil. Yo les puedo facilitar esas herramientas que les faltan.
Debido a su edad los cambios suelen darse más rápidamente. También a los padres se les facilitan estrategias.
Cuando la ayuda de familiares y amigos no es suficiente se necesita algo más. Entonces es conveniente acudir a un profesional.
Se atienden las necesidades como núcleo familiar sin dejar de atender a las individuales para favorecer la adecuada comunicación.
Elegir un psicólogo es un proceso complejo, pues en esta decisión intervienen factores objetivos como por ejemplo, ver si tiene formación científica, pero, también, factores subjetivos como puede ser tener la sensación de que ese profesional es el adecuado y realmente te puede ayudar.
Factores objetivos para elegir psicólogo:
Algunas de las señales que indican que se precisa ayuda profesional son: sentirte a disgusto con tu vida, ver que no te está resultando fácil resolver esos problemas por tu cuenta, tener gran cantidad de emociones negativas, percibir que las dificultades que estás teniendo afectan a ámbitos importantes de tu vida como la pareja, el entorno familiar, las amistades, el trabajo, tu salud o tu relación contigo mismo/a.
Lo que puedes esperar al acudir al psicólogo: en la primera consulta se recoge principalmente la información relevante para el problema o problemas por los que la persona consulta. Suele ser en la segunda sesión cuando se empiezan a dar estrategias concretas para que esa persona las vaya poniendo en práctica. Es muy importante que el paciente haga saber al psicólogo si le han resultado útiles dichas estrategias en su día a día. Las herramientas que el psicólogo facilita han de estar dirigidas a los objetivos que se establecieron en un principio. Es importante ir valorando si se van cumpliendo esos objetivos poco a poco. Cuando se han logrado esos objetivos iniciales y quizás algún otro que haya ido surgiendo, es cuando se da el alta.
El psicólogo da el alta cuando los objetivos por los cuales se acudió a consulta se han conseguido. Pueden haberse logrado algunos otros objetivos que pudieron ir surgiendo durante el proceso terapéutico. Ésta es la situación ideal en la cual el paciente deja de venir a consulta porque ya tiene estrategias para seguir adelante y ha resuelto las dificultades que le motivaron el pedir ayuda.
El psicólogo puede dar el alta porque el paciente ha llegado a un punto en el cual necesita un tiempo indefinido hasta estar preparado para afrontar cuestiones importantes que ha sido necesario dejar pendientes.
El paciente puede dejar de acudir a consulta consciente de no haber concluído el proceso terapéutico por diversas razones:
Cuando es por alguna de estas razones por las que se abandona la terapia, el paciente tiende a volver a coger cita tras un tiempo, porque tarde o temprano ve que parte del proceso quedó pendiente.
No, cuando un profesional se denomina a sí mismo terapeuta lo que significa es que no tiene la formación, la titulación para denominarse a si mismo de otra manera, por ejemplo: terapeuta en vez de psicólogo, fisioterapeuta, médico o psiquiatra… Cualquier profesional que tenga la titulación pertinente se denominará a si mismo por su título, jamás como terapeuta puesto que es una etiqueta asociada a personas que no son tituladas en los servicios que ofrecen o al menos los cursos o formación realizados no les permiten actuar en ningún caso como psicólogos puesto que ello constituiría un delito. El término terapeuta es una etiqueta utilizada comunmente por personas sin título que actúan como si estuviesen en posesión de él. Las profesiones sanitarias intentan luchar, muchas veces sin gran éxito contra el intrusismo laboral. Por ejemplo: si un terapeuta dice que trata el manejo emocional, la ansiedad, la depresión u otras patologías está cometiendo un delito. Por supuesto también lo comete si, aunque no se anuncie de esa manera, lo trata en su consulta. Son ámbitos específicos de la psicología en los cuales el personal cualificado son los psicólogos y psiquiatras.
El psicólogo puede dar el alta porque el paciente ha llegado a un punto en el cual necesita un tiempo indefinido hasta estar preparado para afrontar cuestiones importantes que ha sido necesario dejar pendientes.
El paciente puede dejar de acudir a consulta consciente de no haber concluído el proceso terapéutico por diversas razones:
Cuando es por alguna de estas razones por las que se abandona la terapia, el paciente tiende a volver a coger cita tras un tiempo, porque tarde o temprano ve que parte del proceso quedó pendiente.
No. Hay notables diferencias entre ambos tipos de profesionales. Ambos trabajan la salud mental pero cada uno desde un enfoque distinto. El psiquiatra ha estudiado la carrera de medicina y ha hecho su especialización en psiquiatría. El psicólogo ha estudiado la carrera de psicología y se ha formado en el ámbito de la psicología sanitaria (los que trabajan en consultas privadas y hospitales)
El psiquiatra suele tener consultas de duración muy breve, entre 10 y 15 minutos por paciente y normalmente tras valorar el estado del paciente decide si es necesario recetarle medicación o no.
El psicólogo por su parte dedica mucho más tiempo al paciente en cada consulta, aproximadamente 1h y su función principal es dotar al paciente de nuevas estrategias para que la persona pueda afrontar sus dificultades y superarlas. En muchas ocasiones, gracias a las nuevas herramientas y al esfuerzo del paciente, éste consigue abandonar la medicación definitivamente, o no llegar a tener que tomarla, pues al aplicarlas alivia su sufrimiento. En cualquier caso, el abandono paulatino de la medicación siempre ha de estar supervisado por el médico de cabecera o el psiquiatra. En ciertos trastornos, el psicólogo y el psiquiatra trabajan conjuntamente para lograr mejores resultados en los pacientes
Los psicólogos tenemos la obligación de guardar el secreto profesional con respecto a lo que los pacientes cuentan en consulta. Dicha obligación aparece reflejada en el código deontológico de los colegios de psicología.
Los psicólogos si tenemos derecho a comentar ciertos aspectos (con otros psicólogos) con el objetivo de prestar un mejor servicio al paciente pero sin revelar datos suficientes para que, siquiera otro psicólogo pueda saber de quién se trata. Aprendemos mucho unos profesionales de otros y por ello se comparte en ocasiones dicha información. Trabajando en un entorno como Tenerife, una isla pequeña, es aún más importante salvaguardar la historia e identidad de los pacientes.
Hay determinadas situaciones contempladas en el código deontológico en las cuales el psicólogo tiene la obligación de saltarse la confidencialidad. En caso de tener conocimiento de delitos muy graves cometidos por el propio paciente como un secuestro, asesinato o similar. El psicólogo no informa (en adultos), a no ser que el paciente lo solicite, en caso de que sea el paciente quien ha sufrido ese daño por parte de otra persona como por ejemplo en los casos de violación o malos tratos que no han sido denunciados.
Mis pacientes suelen sentirse ya, algo mejor, tras la primera consulta y se van viendo, al menos, pequeñas mejorías tras la segunda y tercera sesión. El total de sesiones que son necesarias para completar el tratamiento depende de muchos factores: motivo/s de consulta, implicación con el tratamiento, frecuencia con la que se acude a consulta (semanalmente es lo ideal) y el tiempo que lleva el paciente arrastrando ese problema.
Un regalo de algunos de mis pacientes. Para mi es muy satisfactorio ver los cambios que han logrado, saber que les he podido ayudar.