¿Quiénes se pueden beneficiar de la terapia de familia?
Lorena Castañeda
Acudir a psicoterapia familiar sistémica es recomendable cuando los miembros de la familia no están siendo capaces de apoyarse entre sí, bien porque nunca lo han hecho o bien porque han ido dejando de hacerlo. Las familias también pueden encontrarse con dificultades a la hora de adaptarse a los cambios que se van dando en la misma dado que la familia no permanece estática (crece, se distancian miembros, otros se acercan y hay acontecimientos vitales estresantes tales como las enfermedades graves y los fallecimientos) Pueden tener dificultades para llegar a acuerdos y tomar decisiones y, en general, se puede solicitar la ayuda de un psicólogo familiar para superar cualquier situación o problema que tenga que ver con las relaciones familiares, la manera en la que funcionan y sus roles de apoyo.
Al contar también con la posibilidad de trabajar dificultades en los miembros de la familia de forma individual hace que se vean beneficiados otros ámbitos debido a la mejora en dichas dificultades. A su vez, el hacer partícipes a otras personas de la familia o amigos de un individuo en su proceso terapéutico puede ayudar a evitar la patologización de la persona y a su vez, favorece abordaje más eficaz de sus dificultades.
Terapia familiar ¿En qué circuantancias te puede beneficiar?
La terapia familiar es muy útil para afrontar las crisis familiares, para resolver problemas de larga duración, para prevenir dificultades como los comportamientos inapropiados y para fomentar la salud mental en general. Dificultades por las cuales me consultan con mayor frecuencia en el ámbito de la psicología para familias:
- problemas de salud mental o enfermedades físicas crónicas en uno o varios miembros de la familia
- afrontamiento de trastornos psicosomáticos
- problemas de conducta en los menores
- trastornos en los adultos
- dificultades en el ámbito sexual
- adicciones
- problemas matrimoniales (procesos de separación o divorcio)
- momentos de grandes cambios como en las situaciones de acogimiento familiar o adopción
- mejora de las habilidades para el cuidado de los hijos y del funcionamiento familiar en general
- momentos de crisis debido a la vivencia de alguna experiencia traumática, haber sufrido alguna pérdida y los duelos complicados
- la alteración de la vida familiar debido a dificultades para adaptarse a un nuevo entorno o bien para ser aceptados